Respiramos aire sin pensarlo, una acción tan fundamental que a menudo pasamos por alto la complejidad de su composición. La atmósfera terrestre, esa capa gaseosa que envuelve nuestro planeta, no es una entidad homogénea. Su composición varía con la altitud, la latitud y la actividad humana, pero podemos describir una composición promedio que nos proporciona una base para entender su funcionamiento y su importancia para la vida en la Tierra. Comenzaremos por analizar casos particulares, para luego construir una visión general de la composición del aire, desentrañando los roles de cada componente gaseoso y sus interacciones.
En una ciudad densamente poblada, la composición del aire difiere significativamente del aire en zonas rurales. Los vehículos motorizados emiten gases de escape que incrementan las concentraciones de dióxido de carbono (CO2), monóxido de carbono (CO), óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas en suspensión (PM). Estas partículas, de diversos tamaños, pueden penetrar profundamente en el sistema respiratorio, causando problemas de salud. La presencia de estos contaminantes es un ejemplo concreto de cómo la actividad humana altera la composición atmosférica "natural".
En contraste, el aire en un bosque tropical presenta una composición relativamente limpia, con mayores niveles de oxígeno (O2) debido a la abundante fotosíntesis. Sin embargo, incluso aquí, la presencia de compuestos orgánicos volátiles (COVs) emitidos por la vegetación influye en la composición del aire, participando en procesos atmosféricos como la formación de ozono troposférico. Este ejemplo ilustra la influencia de la biosfera en la dinámica atmosférica.
A medida que ascendemos en la atmósfera, la presión disminuye y la composición cambia. La proporción de oxígeno disminuye, mientras que la proporción de otros gases puede variar. En la estratosfera, por ejemplo, la capa de ozono (O3) juega un papel crucial en la absorción de la radiación ultravioleta del sol. Esto muestra la variabilidad vertical en la composición del aire y su importancia para la protección de la vida.
A pesar de las variaciones locales, la composición promedio del aire seco a nivel del mar se puede aproximar como sigue:
Es importante destacar que la humedad, o vapor de agua (H2O), no está incluida en esta composición promedio del aire seco. La cantidad de vapor de agua en la atmósfera es altamente variable, dependiendo de la temperatura y la humedad relativa, y puede oscilar entre 0% y cerca del 4% en volumen.
La composición del aire no es estática. Los gases interactúan entre sí y con la superficie terrestre, la biosfera y la radiación solar, dando lugar a una compleja dinámica atmosférica. Algunos ejemplos:
La composición del aire es un factor fundamental que determina las condiciones climáticas, la calidad del aire y la habitabilidad del planeta. El conocimiento profundo de la composición atmosférica, sus variaciones y las interacciones entre sus componentes es esencial para comprender los procesos que rigen el sistema climático, para mitigar los efectos de la contaminación atmosférica y para proteger la salud humana y el medio ambiente. Desde la escala local, con la contaminación urbana, hasta la global, con el cambio climático, la comprensión de la composición del aire es crucial para un futuro sostenible.
La investigación continua en la química atmosférica y la modelización climática son herramientas esenciales para mejorar nuestra comprensión de esta compleja mezcla gaseosa que nos sustenta y que, a su vez, se ve afectada por nuestras acciones.