El gas natural, una fuente de energía fósil ampliamente utilizada en todo el mundo, es una mezcla compleja de hidrocarburos gaseosos y otros componentes. Su composición varía considerablemente dependiendo del yacimiento del que se extrae, influyendo directamente en sus propiedades y aplicaciones. Comenzaremos analizando ejemplos concretos de composiciones de gas natural para luego generalizar y comprender las propiedades de cada componente.
Para ilustrar la variabilidad en la composición, consideremos dos ejemplos hipotéticos, representativos de diferentes yacimientos:
Este ejemplo representa un gas natural relativamente puro, con una alta concentración de metano, el componente principal y el más valioso. Su combustión es limpia y eficiente, produciendo una llama de alta temperatura y baja emisión de contaminantes.
Este segundo ejemplo muestra un gas natural más rico en hidrocarburos pesados (etano, propano, butano y pentanos). Estos componentes, aunque también combustibles, requieren un procesamiento adicional para su aprovechamiento eficiente. La presencia de una mayor proporción de hidrocarburos pesados puede afectar la eficiencia de la combustión y la formación de condensados.
Ahora, analizaremos en detalle los componentes más comunes del gas natural:
El componente principal, generalmente representando entre el 70% y el 95% del volumen total. Es un gas incoloro, inodoro e insípido, altamente inflamable. Su baja densidad lo hace ideal para el transporte por tuberías. Su combustión es relativamente limpia, produciendo principalmente dióxido de carbono y agua. Sin embargo, su alta potencia de calentamiento implica que su manejo requiere precauciones para evitar explosiones.
Un hidrocarburo más pesado que el metano, generalmente presente en cantidades menores (1-10%). Es también incoloro, inodoro e inflamable. Se utiliza principalmente como materia prima en la industria petroquímica para la producción de etileno, un componente fundamental en la fabricación de plásticos. Su punto de ebullición es mayor que el del metano, lo que facilita su separación y recuperación del gas natural.
Hidrocarburos más pesados aún, que se licuan fácilmente a presión moderada. Son ampliamente utilizados como combustibles domésticos e industriales, y también como materia prima en la industria petroquímica. Su mayor densidad y punto de ebullición permiten su almacenamiento y transporte en estado líquido, en cilindros o tanques. El propano y el butano son considerados gases de petróleo licuado (GPL).
Además de los hidrocarburos, el gas natural contiene otros componentes no combustibles, como:
El gas natural extraído de los yacimientos requiere un procesamiento para eliminar impurezas y ajustar su composición según las necesidades de los consumidores. Este procesamiento incluye:
La composición del gas natural influye en diversos aspectos, incluyendo su valor comercial, su impacto ambiental y la infraestructura necesaria para su transporte y utilización. Gas natural con alta concentración de metano es más valioso, mientras que la presencia de componentes no deseados requiere un procesamiento más complejo y genera costos adicionales. La combustión del gas natural, aunque más limpia que la de otros combustibles fósiles, contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero. La comprensión de la composición del gas natural es crucial para su gestión eficiente y sostenible.
El desarrollo de tecnologías para capturar y almacenar el CO₂ emitido durante la combustión del gas natural es un área de investigación activa, buscando reducir el impacto ambiental de esta importante fuente de energía. Además, la investigación continua en la exploración y producción de gas natural busca identificar y caracterizar nuevos yacimientos, optimizando la extracción y el procesamiento para maximizar la eficiencia y minimizar el impacto ambiental.
Finalmente, el estudio de la composición del gas natural se extiende a la seguridad, considerando las precauciones necesarias para la manipulación y el transporte de este combustible inflamable, especialmente en entornos urbanos, donde las fugas pueden representar un riesgo significativo.